¿Sabes a lo que he tenido que renunciar por un sueño?
Y el sueño se hizo realidad
Y ese sueño, eres tú...
Por eso...
Algunos días
me voy filtrando hasta tu alma
como pájaros que pasan
sin hacer ruido entre las primeras hojas secas del otoño...
Qué solitarios mis pasos, hoy,
en el bosque,
mientras despunta el alba
entre las ramas secas
de los álamos...
¿Qué luz se abre, antigua,
ante el mundo,
brotando a dentelladas
desde los más profundo del ser?
¿Sientes, como yo,
el frío rosado del cielo
mientras amanece?
Dime...dime si en algún lugar
de tu árido corazón
golpeó alguna vez el mar...
Dime si aún sientes ese perfume
que respira, invisible, inmóvil
entre tu piel y mi alma...
Y si alguna vez, tu boca,
por un instante infinito,
tu beso, tu roce, tu deseo,
fue como una de esas lunas
que surgen del mar, a veces,
entre dos cuerpos que se aman...
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