A partir de ese momento, no ofrezco resistencia. Dejo que ese antiguo dolor conocido invada cada poro de mi Ser. Intento sostenerlo, mirarlo a los ojos, de frente, llamarlo por su nombre y dejarlo morir, aunque eso signifique que una parte de mí muere a la vez. Porque solo viviendo esa pequeña muerte, puedo resurgir y nacer de nuevo.
Os dejo un poema, Feliz Sant Jordi
Morir en las alas de la noche inmortal
Morir en el aliento de la tierra
Morir en ti, memoria inmensa
Morir en la tristeza de la luna
Inmóvil sobre las moradas del agua
¿Por qué tanta distancia?
Morir y volver a nacer, si es necesario
Para vencer los abismos que nos separan.
Ese mi destino y aún así
No me consuelan, como otras noches,
Esta noche, las estrellas
Ni saber, que aunque lejos de mí,
Tu sonrisa inunda el mundo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.